Gracias San Blas por esta tradición bien nuestra de cuidar la palabra. Gracias por el paso peregrino y el milagro urgente. Gracias Santo nuestro por ser parte de nuestro baile, nuestra vida, y hacer digno el presente para asegurar futuro. Bendecí, San Blas, a nuestros bautizados, los niños, a las mujeres y a los ancianos. Bendecí esta forma hecha sentimiento de compartir el pan y hacerlo sagrado. Bendecí nuestra garganta para que rece, grite y no se rinda… para poder contar lo que hemos visto y escuchado. Porque podrán sacarnos cualquier cosa, menos estas ganas locas de seguir amando y de celebrar la vida a cada paso. Que así sea. Por los siglos de los siglos… Amén.
Damos gracias a todos lo que han hecho posible que esta fiesta haya podido reunir nuevamente a la familia. Especialmente, a los cuerpos de Danza Paraguaya Tierra Guaraní (González Catán), Club Enrique Angelelli y Club San José; a las murgas Los Reyes de La Noche, Los Deseados de San Alberto, Los Casanovas y Los Descontrolados del Carnaval; y a las Bandas El Rejunte y Los Mezclado2, que cerraron la noche.
