Carlos Mugica es el hombre que recibió el llamado de Dios y de su pueblo. Su lugar en el mundo fue la Villa 31 de Retiro. Ahí fue el hincha de Racing, vecino y amigo que peleaba junto a otros por la tierra, el techo y el trabajo.
Fue cura, villero y hermano. Se hizo bandera. Su martirio. y su asesinato todavía duelen porque muestran lo difícil que es cambiar un mundo repleto de injusticias, para que sigan habiendo capillas colegios y clubes inspirados en su vida por la paz de nuestros barrios, por la felicidad de nuestros hijos, por la justicia social y por la esperanza.
Marchamos el 12 de mayo. Vamos a rezar y vamos a festejar la vida de la comunidad organizada en torno al Evangelio del Cristo de las redes. ¡Vení a caminar con nosotros! ¡Carlos Mugica y el pueblo de Dios te van a estar esperando!