El sábado 16 de octubre, el Papa Francisco envió un mensaje a todos los Movimientos Sociales en particular y a la humanidad en general. No dejó punto sin tocar en un discurso histórico en donde levantó la llama de la esperanza en un planeta que se encuentra pasando uno de los momentos más difíciles de la historia.
Entre tantas palabras, podemos destacar aquellas en las que dijo “quiero agradecerles porque ustedes sintieron como propio el dolor de los otros. Ignorar al que está caído es ignorar nuestra propia humanidad que clama en cada hermano nuestro”.
Luego de las palabras del Papa, en la Matanza se realizó el cierre de las Jornadas de Encuentro entre la Parroquia San José y el MTE: “Pensar, y hacer y sentir en comunidad”. En el cierre, hablaron el Obispo Gustavo Carrara, Juan Grabois, El Padre Tano Angellotti y Fernanda Miño, secretaria de Integración Urbana del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat.
Gustavo Carrara convocó a escuchar las palabras del Papa y sentirse samaritanos comunitarios. El obispo destacó la importancia de ver el tesoro de la salvación en aquellas personas que han sido descartadas y hoy son protagonistas de procesos comunitarios, “celebremos la importancia de ponerse de pie para seguir soñando y para contagiar sueños a otros”.
Juan Grabois se refirió al significado de la lucha por Tierra, Techo y Trabajo en este momento tan particular que nos toca vivir como pueblo. Planteó la centralidad que tienen la organización comunitaria y del trabajo en la economía popular, pero también la planificación estatal para el desarrollo humano integral. Por otro lado, llamó a inspirarse en el mensaje de Francisco y a reafirmar las convicciones defendiendo los valores de la solidaridad, la coherencia y asumiendo la tarea revolucionaria que tienen por delante los movimientos populares.
Por su parte, el Padre Tano destacó la labor de las comunidades en pandemia y la oportunidad de que las mismas conduzcan al Estado en la búsqueda de soluciones porque “es el Pueblo el que le da identidad a los proyectos y no las organizaciones o instituciones. Experiencias que refuerzan lazos al interior y tienden puentes hacia otras comunidades para crear más organización. Así seguimos trabajando para hacer salvación comunitaria”.
Fernanda Miño destacó el protagonismo de los movimientos sociales en el proceso de reivindicación de la integración urbana, que tuvo en la Ley Nacional de Barrios Populares y la creación de la Secretaría de Integración Socio Urbana, un punto de partida fundamental para la realización de las obras que ya empiezan a ser una realidad en distintos barrios del país.
El cierre de las jornadas dejó una idea concreta para seguir avanzando: la comunidad es amor, y en ese camino debemos seguir construyendo la unidad necesaria para construir una sociedad en donde la justicia social sea la base de la felicidad de nuestros hijas e hijas.